lunes, 6 de febrero de 2012

¿Cómo puedo nadar sin cansarme demasiado?

¿Que cómo puedo nadar sin cansarme? Muy sencillo.



Lo más importante es adquirir tu ritmo de nado. Normalmente nos aceleramos, queremos nadar más rápido de lo que podemos. Es algo normal, corriendo o andando tenemos más control de nuestros movimientos y de nuestras sensaciones, pero no hay que olvidar que el agua no es nuestro medio natural. Tenemos que aprender a coger nuestro ritmo de nado óptimo.



¿Y cuál es ese ritmo? Pues muy sencillo, el que nos permita hacer tantas piscinas como queramos. Cuando lo encuentras, empiezas a disfrutar del nado. El cuerpo entra en un estado de bienestar físico, sientes como un calor corporal y te sientes fuerte y a gusto.



Habitualmente, pensamos que nos cansamos nadando porque no coordinamos bien la respiración con el nado. Muchas veces ese es uno de los motivos, pero hay dos errores técnicos que también nos pueden estar influyendo mucho:



  • El primero es nadar con la cabeza fuera del agua, o bien  de forma continuada, o bien nadando con la cabeza dentro del agua y levantándola por delante para respirar. Si nadamos con la cabeza fuera del agua nuestro cuerpo estará en una posición inclinada, estaremos ofreciendo mucha resistencia con nuestro pecho, nuestra barriga o incluso con nuestras piernas. Al levantar la cabeza para respirar el cuerpo también coge la misma inclinación, pero al menos no lo hace de forma continua, una vez hayamos respirado y volvamos a introducir la cabeza dentro del agua, nuestro cuerpo adoptará una posición más plana.



  • El segundo error técnico es el de cruzar los brazos per delante de nuestra línea media. Imaginemos que nos cortan por la mitad como a una naranja, pero con una línea imaginaria, claro. Pues nadando, nunca debemos cruzar por delante de esta línea imaginaria, ya que eso haría que nuestro cuerpo no se desplazase en línea recta, lo haría serpenteándose. En lugar de nadar como una flecha, nadaríamos como una serpiente, y eso también incrementaría la resistencia que ofrecemos contra nuestro propio avance.



Cuando nadamos con tanta resistencia contra el agua, tenemos que hacer un esfuerzo extra para desplazarnos, utilizamos mucha musculatura y mucha, mucha energía, y eso cansa mucho.



Más que coordinar nuestra respiración con el nado, posiblemente tengamos que intentar corregir alguno de estos dos errores técnicos, el de respirar con la cabeza fuera del agua o el de respirar por delante y el de cruzar los brazos por delante de nuestra línea media.



Debemos nadar con la cabeza dentro, respirar lateralmente y no debemos cruzar para nada nuestra línea media, y sí, también tenemos que coordinar la respiración con nuestro nado.




                                   


No hay comentarios:

Publicar un comentario